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La fábula del burro y el tigre

La fábula del burro y el tigre

La fábula del burro y el tigre

En una ocasión, un burro y un tigre se encontraron en el bosque.

El burro, muy seguro y convencido, le dijo al tigre:
– ¡El pasto es azul!

El tigre, sorprendido, respondió:
– No, el pasto es verde.

La discusión se encendió rápidamente. Ambos, incapaces de llegar a un acuerdo, decidieron llevar el asunto ante el león, el Rey de la Selva, para que resolviera la disputa.

Antes incluso de llegar a donde el león reposaba majestuoso en su trono, el burro comenzó a gritar:
– ¡Su Alteza! ¿Es cierto que el pasto es azul?

El león, con voz calma pero firme, respondió:
– Cierto, el pasto es azul.

El burro, exaltado, continuó diciendo:
– ¡El tigre no está de acuerdo conmigo, me contradice y me molesta! ¡Por favor, castígalo!

El león, sin dudar, declaró:
– El tigre será castigado con cinco años de silencio.

El burro, lleno de alegría, saltando de felicidad siguió su camino, repitiendo sin cesar:
– ¡El pasto es azul! ¡El pasto es azul!

El tigre, aceptando su castigo con dignidad, se acercó al león y preguntó:
– Su Majestad, ¿por qué me ha castigado? Después de todo, el pasto es verde.

El león respondió:
– De hecho, el pasto es verde.

El tigre, confundido, insistió:
– Entonces, ¿por qué me castigas?

El león, con una mirada profunda, explicó:
– El castigo no tiene nada que ver con si el pasto es azul o verde. Te castigo porque no es posible que una criatura valiente e inteligente como tú pierda su tiempo discutiendo con un burro, y encima venga a molestarme a mí con esa pregunta.


Moraleja

La peor pérdida de tiempo es discutir con el necio o el fanático que no se interesa por la verdad ni la realidad, sino solo por la victoria de sus creencias e ilusiones. Nunca desperdicies tu energía en debates sin sentido. Hay personas que, por más evidencias y pruebas que les presentes, no tienen la capacidad de comprender, y otras están cegadas por el ego, el odio o el resentimiento, buscando solo tener la razón, aunque no la tengan.

Cuando la ignorancia grita, la inteligencia calla. Tu paz y tranquilidad valen más.

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